¿Votar o no votar?, esto me he preguntado por varias semanas con respecto a la elección judicial.
Recuento:
Desde que la espuria mayoría absoluta de Morena en el congreso federal votó a favor para que todo el poder judicial sea elegido en las urnas, estuve en total desacuerdo.
Las formas y las mañas que siempre cuestioné del viejo y supuesto nuevo PRI, para burlar la voluntad popular y tapar sus desfalcos al erario, las asimiló Morena, peor aún, las perfeccionó.
La república en la que nací y crecí ya no lo es. Ciertamente tenía muchas fallas, pero nada que ver comparada con la que nos está recetando Morena, por cierto, nutrida de lo peor de la pseudoizquierda perredista y de lo más selecto de la podredumbre prianista.
En seis años la 4T destruyó la división de poderes. Regresó a México a los tiempos de Díaz Ordaz, Echeverría y López Portillo; vaya, solo regímenes dictatoriales como el de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia, China, Irán o Corea del Norte se atrevieron a tanto como lo hace Morena.
Mi opinión al respecto de la elección judicial ha sido clara y concreta.
No estoy de acuerdo porque, como lo dije antes, surge de una mayoría espuria que liquidó 200 años de la historia de México.
Soy abogado de profesión, con especialidad en Amparo y Derecho Procesal Constitucional. También he tenido el honor de ser legislador federal y local (ambas de mayoría), y hago periodismo desde hace 16 años, y me atrevo a asegurar que ingenuo no soy.
Pero antes de mis estudios profesionales, trayectoria legislativa y actividad periodística, mamé de mis mayores el significado del trabajo, el respeto, la libertad, la humildad, la generosidad y la bondad.
En mis tiempos de ciudadano activo para conquistar la libertad de elegir y opinar, experimenté el fracaso y la frustración; muchas veces, aunque no perdí la esperanza de alcanzarla.
Hoy en día la situación que vivimos en México es, por mucho, más difícil para ser libre. Lo digo sin temor a equivocarme.
El árbitro electoral (INE y TRIFE) está bajo control total por el régimen, como en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari y Manuel Bartlet Díaz.
Hoy el poder judicial está a unas cuantas semanas de someterse absolutamente a la voluntad de una persona, de un dogma.
¿Confío en las instituciones?: No.
¿La elección judicial es democrática?: Absolutamente NO
¿Votaré en la elección de este 1 de junio?: Definitivamente SI.
¿Por qué lo haré?, porque mantengo la esperanza, aunque ya no sea testigo, de que los jóvenes, las nuevas generaciones rescaten a México de las manos de este régimen totalitario y corrupto. Peor de lo que fue el período neoliberal.
Votaré porque vi el rostro de la esperanza y buena fe en los candidatos a los que entrevisté en mi programa “Chacoteo”.
Lic. Yuridiana Rodríguez Ríos, candidata a magistrada del tribunal colegiado de circuito en materia civil y laboral.
Lic. Ángel Gerardo Ontiveros Hinojos, candidato a juez familiar.
Lic. Arturo García Chávez, candidato a juez familiar.
Lic. Sandra Armida de la Rocha Montiel, candidata a jueza laboral.
Lic. Sergio Humberto Enríquez Olivas, candidato a juez laboral.
Lic. Lizeth Meza Orozco, candidata a jueza laboral.
Lic. Juan Carlos Guerra Gutiérrez, candidato a juez penal.
Lic. Yasmira de Jesús Chavira Moriel, candidata a jueza laboral.
Lic. Daniela Michaus Chávez, candidata a jueza civil.
Lic. Alejandra Selena Robles Molina, candidata a jueza penal.
Lic. Daniel Olivas Mariñelarena, candidato a juez laboral.
Lic. Edwin José Mendoza Ríos, candidato a juez familiar.
Lic. Kadine Clementina Rodríguez Rascón, candidata a jueza laboral.
Lic. Carlos Alejandro Olivas Buhaya, candidato a juez civil.
Lic. Alejandra Fierro Urrutia, candidata a magistrada familiar.
Lic. Dra. Irina Graciela Cervantes Bravo, candidata a magistrada electoral de la sala regional de Guadalajara.
Y porque conozco su currículo y trayectoria en la administración pública:
Lic. José Luis Chacón Rodríguez, candidato a magistrado penal.
Lic. Roberto Andrés Fuentes Rascón, candidato a juez civil.
Lic. Carlos Mario Jiménez Holguín, candidato a magistrado penal.
Voy a acudir a las urnas como lo hice la primera vez en 1985.
Por fidelidad a mis convicciones.
Es cuanto.
P.D. Respeto la decisión de quienes no ejercerán su voto. Los comprendo y me solidarizo con ellos. Me disculpo por diferir esta vez.