Por esta ocasión, deseo utilizar este espacio editorial, para externarle mis sentidas condolencias a la Gobernadora Constitucional del Estado, Mtra. María Eugenia Campos Galván, y a su familia.
Recientemente, falleció su esposo. El señor Víctor Cruz Russek. Un hombre muy conocido en la sociedad de Chihuahua, así como, un referente a nivel nacional. Destacado empresario y ganadero. Contador de profesión, egresado de la FCA de la UACH; Director General del grupo CR3, (un corporativo del ramo automotriz).
Además, Don Víctor, se hizo muy famoso, debido a la publicidad de una de sus agencias (Autotokio), que tiene anuncios espectaculares, en los que se muestra a un hombre que viste camisa a cuadros, con sombrero, al que le resalta su cabellera y su pronunciado bigote blanco. Al más puro estilo norteño. Un icono que refleja la forma de ser en este Estado. Una imagen con la que los chihuahuenses nos sentimos identificados; que representa a la gente de campo, franca y abierta, que sonríe incluso ante la adversidad, tal cual, como cualquiera de nosotros.
Al saberse del deceso, -el pasado domingo-, hubo un tanto de desconcierto. Pues de inicio se manejó como una falsa noticia, la cual, a los minutos se confirmó de manera oficial. De inmediato, se dejaron ver en redes sociales, todas las expresiones de respaldo, cariño, condolencias y apoyo, hacia nuestra estimada Maru Campos. Desde la presidenta de la República, senadoras y senadores, diputadas y diputados (de varios partidos, pero especialmente del PRI y del PAN); funcionarias y funcionarios públicos de todos los órdenes de gobierno; así como de representantes de asociaciones, empresariado, ciudadanas y ciudadanos en general; un sinfín de publicaciones, textos, videos e imágenes, solidarizándose ante el sentido suceso.
Con todo respeto hago este recuento de su estado civil; ya que durante su mandato, Maru ha pasado de mujer soltera a casada y ahora viuda. Todo en poco tiempo. E imagino que no ha de ser fácil, afrontar su duelo, teniendo una entidad que gobernar. Reconozco y felicito su fortaleza. Aplaudo su entereza. Le envío toda la buena vibra que sale del alma, para que continúe en este sinuoso camino que ha de recorrer, con el recuerdo vivaz de su esposo.
Quisiera comentar, una reflexión en virtud de los dos mensajes emotivos que la gobernadora le dedicó a quien en vida fuera su esposo. Por lo sentido de sus palabras.
Cito textual lo escrito por ella, en su segundo mensaje al respecto: “Gracias Víctor por enseñarme a quitar el pie del acelerador y aprender a frenar, porque gracias a ti conocí la aventura de vivir, y dejé de sobrevivir. Aprendí que la vida no se mide en logros sino en amor, y que los días pueden ser pocos y aún así compartir una eternidad. Hoy mi tren sigue, pero con un asiento vacío. Daré lo mejor de mí por ser esa mujer que tú decías que era. Te voy a extrañar siempre”.
En verdad que me parece muy interesante y digno de introspección. A la gente trabajadora, pero en específico a las mujeres, que tenemos alguna actividad económica, laboral, de emprendimiento o de servicio público, se nos va la vida en querer abarcar todo, en resolver todo a nuestro alrededor. En muchas ocasiones, es tanto lo que “debemos” hacer o lograr, que no nos damos un respiro. En cursos o podcast motivacionales, te dicen que te hagas acompañar o te rodees de gente que te impulse o que sea tu motor. Pero qué importante es lo opuesto. El poder contar con quien te enseñe a frenar. A hacer una pausa en el camino. A parar cuando es necesario. A poner un alto, o desechar aquello que te resta. En respirar profundo. Encontrar tu lugar seguro. Buscar la compañía de quien te dé cobijo y paz mental.
Resalto lo que dice de compartir una eternidad. Cuántos matrimonios duran años, décadas, pero de repente te das cuentas que no conocías a esa persona que estuvo -sin estar realmente-, por mucho tiempo. En tanto, -por el contrario-, en muchas ocasiones, en muy poco tiempo puede darse tal conexión, que ese compañero se convierte en tu confidente, tu alma gemela, con quien anhelas pasar el tiempo, con quien cada segundo, cada instante, lo aprovechas al máximo y crees que lo conoces de toda la vida. Se convierte cada momento, en una eternidad, (en un sentido positivo), de querer prolongar ese instante lo más posible.
En el primer mensaje que escribió la gobernadora, se despide de su ser amado, le agradece y lo describe, como un hombre excepcional, perseverante e inteligente. Quienes le conocieron, coinciden con esos adjetivos calificativos.
Descanse en Paz, Don Víctor Cruz Russek.