La semana pasada analizamos a los principales candidatos y candidatas que se están perfilando para gobernar el Estado y sus principales ciudades: Juárez y Chihuahua.
En dicho análisis concluimos que las encuestas coinciden en que, para la gubernatura, hay tres aspirantes destacados: dos por el lado de Morena y uno por el lado del PAN.
También concluimos que, según los números coincidentes, si hoy fueran las elecciones, ganaría Morena por un margen de un solo dígito, entre cinco y ocho puntos de diferencia.
Por ello, en este análisis —y partiendo de las encuestas serias— evaluamos qué tan probable es que Morena gobierne el Estado en 2027.
Si comparamos los números actuales con los de las encuestas de 2021, cuando arrojaban un empate técnico entre Morena y el PAN, y finalmente resultó ganadora la hoy gobernadora Maru Campos por más de trece puntos, llegamos a la conclusión de que el morenismo no puede considerarse realmente arriba en las encuestas.
Aunque los números proyectan a Morena como el partido favorito, por encima del PAN con una diferencia de entre seis y diez puntos, la experiencia de 2021 demuestra que ambos arrancan prácticamente parejos, y que ganará quien haga la mejor campaña, el mejor o la mejor candidata.
¿Por qué decimos esto?
Porque Juárez no sale a votar y Chihuahua capital sí, cuando no hay elección presidencial. Lo mismo ocurre con Delicias, Cuauhtémoc y Parral, bastiones panistas. Las encuestas reflejan preferencias generales, pero no siempre consideran la participación efectiva en las urnas, que es lo que marca la diferencia. En 2021, por ejemplo, Chihuahua capital registró largas filas de votantes, una participación abrumadora, mientras que en Juárez fue baja.
Estas son elecciones intermedias donde la fuerza del candidato o candidata es lo que define el resultado; la preferencia personal pesa más que la del partido. Así ha sido históricamente: gana quien logra conectar mejor con la ciudadanía. Recordemos cómo las encuestas daban como amplio favorito a Enrique Serrano del PRI sobre Javier Corral del PAN… y ya conocemos la historia.
En las mediciones actuales, Andrea Chávez aparece mejor posicionada que los otros dos aspirantes de Morena, Cruz y Loera. Es la candidata más atractiva, electoralmente hablando.
Sin embargo, Marco Bonilla también es un buen candidato: joven, fresco, con experiencia y con una gestión municipal bien evaluada en la capital. Hasta ahora, no es mal visto por la mayoría de los chihuahuenses a quienes gobierna.
Así que el resultado dependerá de la fuerza y el matiz que impriman a sus campañas. Marco se perfila como el candidato seguro del PAN, pues no tiene competencia interna, a diferencia de la senadora morenista, donde Cruz no está tan distante de ella.
En lo personal, considero que Andrea Chávez tiene mejor imagen y menos desgaste que Cruz, por lo que tendría mayores posibilidades de ser gobernadora. Conecta con jóvenes y adultos, tiene un discurso sólido, y el tema de las unidades móviles no le afectó tanto como esperaban los panistas.
Si ambos fueran candidatos —Marco y Andrea— se perfila una campaña atractiva, fresca y de pronóstico reservado, donde todo dependerá de si Juárez sale o no a votar. Si Juárez participa en la misma proporción que la capital, ganará Morena; pero si no, es muy probable el triunfo del PAN.
Por eso, aunque las encuestas colocan a Morena como favorito, esto no necesariamente refleja la realidad electoral. A la hora de votar, la diferencia la marca la participación, y ahí el PAN lleva ventaja.
El segundo factor será qué tanto logren conectar los candidatos con la gente. En ese sentido, considero que Andrea lleva una ligera ventaja sobre Marco, y una diferencia considerable respecto a Cruz y Loera. Está mejor posicionada que ellos a pesar de llevar menos tiempo en campaña.
En conclusión, se avecina una elección muy cerrada que dependerá más de lo que hagan los candidatos nominados que de los números de sus partidos, y sobre todo de si los morenistas de Juárez salen o no a votar. En 2027, la contienda está para cualquiera de los dos.