-Juegos escolares... o trampa mortal en San Juanito
-Ahora sí toma Komaba las riendas del PAN
-La medalla que se pretende colgar Morena
Tres semanas antes de la emboscada que sufrieron agentes de la Policía Estatal en Moris, el presidente municipal morenista, Lot Abel Rivera Martínez, sustituyó el desfile cívico del Día de la Independencia por una caminata por la paz, así denominada oficialmente.
Dicha actividad habría sido producto, de acuerdo con los inconformes pobladores de esa comunidad serrana, de un amenazante narcomensaje dejado días antes, del cual no hubo reporte oficial alguno, ni municipal ni estatal, menos federal.
El mensaje estaba dirigido a quienes supuestamente apoyaban al grupo de los hermanos González Bournes, Ever y Víctor Noé, identificados como líderes regionales de La Línea, por lo que enlistaba a prácticamente todo el gabinete municipal actual y a exfuncionarios de la pasada administración priista.
Además del alcalde, sobre el que abundan sospechas de un pacto criminal con La Línea, aparecían Lizzie Rivera, Menny Rivera, Adrián Torres, Susana Torres y la exalcaldesa tricolor, Perla Gacela López, junto con su pareja Diego Camargo y Rafael Fay (detenidos), entre otros ilustres pobladores o desterrados para operar desde la capital del estado.
Un narcomensaje no es evidencia de alguna actividad delincuencial, desde luego, pero en el pueblo y las comunidades de alrededor, sometidas a una ola de violencia incesante desde finales del año pasado, fue la confirmación de que una de las patas de la mesa del crimen estaba apoyada en la Presidencia Municipal.
Por ello, ahora que han sido detenidos nueve presuntos integrantes del grupo criminal acusados de la emboscada (aunque el delito de homicidio de tres agentes estatales no se los hayan imputado); ahora que han sido asegurados casi un centenar de vehículos con reporte de robo, a la población le parece muy extraño que la lumbre no haya tocado al alcalde Rivera Martínez.
A lo mucho le ha llegado el calorcito de la intervención estatal y federal desatada tras la emboscada, pero persiste la preocupación del papel de la autoridad municipal en tan crítica situación que padecen los pobladores, porque el debilitamiento de La Línea sólo va a llevar a su reagrupamiento y a que la organización rival aproveche el momento, una vez que disminuya la presencia policial.
Porque, como siempre pasa, dos o tres semanas después de alguna tragedia toda autoridad vuelve a olvidarse del problema de la sierra, cesan los operativos y vuelven a quedar los pueblos a expensas de la delincuencia, en especial si cuentan con alguna disimulada protección de algún gobierno.
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Hoy están programados eventos deportivos en el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT) de San Juanito, Bocoyna, en la cancha de basquetbol del plantel, sin embargo, en la misma zona están en construcción bardas y aulas, sin seguridad mínima para las y los estudiantes.
Las imágenes que nos hacen llegar para la versión digital de GPS muestran que esos pueden convertirse en una trampa mortal para los participantes, por la cantidad de obstáculos y hasta filosas varillas que hay alrededor, lo que preocupa a los padres de familia y alumnos de la institución.
En repetidas ocasiones, nos aseguran, le han dicho a la directora del CECyT, Sonia Plata Romero, que acordone la zona donde están trabajando, ya que las actividades se hacen en pleno horario escolar, sin que se tomen medidas de seguridad, además, denuncian que no existe una supervisión calificada ni de la construcción, ni de si los materiales son o no de calidad.
Las preocupaciones se agravan porque Plata Romero no goza de los mejores antecedentes, pues antes de dirigir el plantel de San Juanito, salió por la puerta trasera del CECyT número dos, tras haber sido señalada de diversas irregularidades con el manejo de los dineros.
Entre otras linduras, la maestra cobraba 10 pesos a los alumnos para que determinado día no llevaran el uniforme oficial o pedía cuota a los estudiantes que quisieran vender alimentos dentro del plantel, lo que derivó en un problema que llegó hasta la Secretaría de Educación, donde la maestra no pudo explicar el destino de los recursos que recaudaba con dientes más afilados que el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
De ahí que le tengan miedo a Plata Romero, tanto por la falta de protección por las obras que realiza, como por la forma en que dispone de los recursos oficiales.
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El miércoles por la tarde, en sesión del Comité Directivo Municipal del PAN de la capital, tomó las riendas del partido, ahora sí en forma, César Komaba Quezada, quien mantiene el cargo, cuestionablemente, de subsecretario de Movilidad de la Secretaría de Seguridad Públicas Estatal.
El nuevo dirigente, electo desde hace un mes, pero formalizado apenas en la última semana, recibió el respaldo de los panistas, incluso del alcalde Marco Bonilla, que acudió a la reunión del CDM para dirigir un mensaje a sus compañeros.
Komaba llegó con envidiable apoyo y como alternativa a cuatro perfiles que, previamente, buscaban la dirigencia albiazul en Chihuahua, todos rendidos y unidos en torno a la propuesta del emergente.
Persiste la duda de qué tanto aguantará Komaba en las dos posiciones simultáneamente, como subsecretario y dirigente... o qué tanto aguantará Acción Nacional bajo el natural bombardeo que esa curiosa ambivalencia, que raya en lo ilegal, provoca.
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Oscar Fidencio Ibáñez Hernández fue nombrado presidente del Consejo de Administración de la Junta Central de Agua (JCAS) y Saneamiento por Javier Corral Jurado...y sigue como presidente de lo que es conocida como una descentralizada del Gobierno del Estado.
Identificado en Juárez como “El Intrigas”, jefe allá del Yunque-Dhiac, y por lo tanto jefe de Sergio Madero, Sergio Nevárez, Jorge “Pino” Espino y otras linduras más integrantes de dicha facción infiltrada en el PAN fronterizo, Ibáñez no sólo aparece en el directorio como presidente del Consejo sino que a estas alturas del partido de un régimen totalmente contrario a Corral Jurado, sigue ejerciendo como tal. Él dirige el Consejo; no lo dirige el actual presidente de la Junta, el deliciense Mario Mata, sino “El Intrigas”, como es conocido Ibáñez en Ciudad Juárez.
¿Porqué es así? No lo sabemos, quizá el Secretario General de Gobierno encargado de articular todo eso, Santiago de la Peña, ni en cuenta ha tomado el dato, entretenido como anda en Transportes y Gobernación.
Oscar Ibáñez es ahora rector de la Universidad Tecnológica de Ciudad Juárez, a donde fue a parar tras su fracaso pleno como representante del gobierno estatal en aquella frontera, ambos cargos durante la actual administración de Maru Campos; antes de la misma, con Corral, fue justamente presidente de la Junta Central y presidente de su Consejo, hoy sigue despachando como tal, por encima de Mata, quien aparece en el directorio como modesto Director Ejecutivo.
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Mientras algunos políticos se limitan a opinar desde la comodidad del escritorio, curul o peor aún, posteando videos en TikTok, la administración municipal está resolviendo uno de los mayores retos de la capital, la movilidad, y el nuevo paso superior en la carretera a Aldama y avenida Fuerza Aérea, con una inversión cercana a los 149 millones de pesos, 100 por ciento municipales.
Bonilla afirmó que el recurso para pagar los tres puentes que su administración construirá, saldrá del bolsillo de cada ciudadano que paga puntualmente su predial.
El mensaje fue respuesta a los morenistas que, sin haber gestionado un solo peso ni tocado una puerta en Banobras o en su propio Gobierno Federal, ahora pretenden colgarse la medalla de ese trabajo que no les pertenece.
Resulta contradictorio que quienes no han hecho nada por mejorar la infraestructura de la ciudad, porque en siete años de la cuarta transformación, jamás han hecho gestiones de recursos para alguna obra en la Capital, pero sí quieren capitalizar el esfuerzo de una administración que no sólo mejorará la seguridad vial, sino que reducirá tiempos de traslado y conectará con eficiencia distintas zonas urbanas.