Conforme a nuestra Constitución Política, la titular del Poder Ejecutivo, debe rendir un informe, sobre el estado que guarda la administración pública federal. Es por ello, que el pasado 1 de septiembre, se entregó el I Informe de la Presidenta Claudia Sheinbaum, ante el Congreso de la Unión.
Al respecto, me atrevo a hacer una serie de reflexiones.
Si bien es cierto, no es obligación llevarlo personalmente, sí creo que debió hacerlo. En su lugar, envió a la insípida Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez; quien ni siquiera emitió un discurso. Su presencia ante el Poder Legislativo, se concretó a tres minutos. Entró, entregó y salió. Previo a ello, las seis fracciones parlamentarias, habían acordado un pacto de civilidad; para no importunar o incomodar a la funcionaria. Aunque luego de su retirada, siguió la sesión, con gritos, descalificativos, ofensas, consignas, entre diputados (as), y Senadores (as). Unos contra otros. Incluso con megáfonos, para que se escuchara fuerte, con sonidos de sirenas. Uno de esos espectáculos a los que ya nos andan acostumbrando nuestros representantes populares.
El documento, será desglosado, analizado y observado. Se espera, la comparecencia de las y los integrantes del gabinete, para que rindan cuentas, aunque sinceramente no creo que lo hagan. Para no exponerse a señalamientos de parte de la oposición. Se mantienen al margen, pues saben que no han cumplido con el encargo. Las y los secretarios de Estado, dejan mucho que decir sobre su actuación. El país no avanza. Lo saben y contribuyen a ello.
Por su parte, la Presidenta, realizó un acto protocolario, en el patio de Palacio Nacional; con pocos, selectos y exclusivos invitados. Gobernadores (as), Legisladores afines, empresarios, funcionarios federales y párenle de contar. Un evento escueto. Tan falto de contenido en la forma y en el fondo.
Habló solo ella, por una hora. Expresa supuestos resultados en los temas trascendentales para el país. Sin embargo, no nos dice nada. El país del que ella habla, no existe. No corresponde a la realidad.
En temas de inseguridad, asegura que han bajado los índices delictivos. Mientras que los noticieros están plagados de sucesos que tienen que ver con balaceras, crímenes, homicidios, robos. México está ardiendo en llamas. En manos del narco. De ahí, se sustenta lo que se viene asegurando y notando, -incluso a nivel internacional-, de que tenemos un narcogobierno.
Por cierto, en lo que respecta a protección civil, falta muchísimo por hacer, no se notan los apoyos, sobre todo en esta temporada de intensas lluvias y huracanes, como “Lorena”, que azota el noroeste del país; luego de que desaparecieron el FONDEN, no hay presupuesto para apoyar a las víctimas.
Sus datos de salud, para nada se parece a lo que a diario publica la gente en sus redes sociales. Vemos pacientes mal atendidos, en una silla -si bien les va-, porque no alcanzan camilla; las farmacias y hospitales sin medicinas, materiales e insumos. Quejas constantes, por la falta de médicos (no es culpa de los profesionales de la salud); sino que, no hay planeación y además, creen que con el recurso que se entrega directo a las personas, ya con eso basta. Cuando -seguramente-, a las familias, ese dinero se les va en comprar medicamentos.
En lo que respecta a educación, no hay tal cosa. Lo que sí hay, se llama: “adoctrinamiento”. Vamos en retroceso. La niñez y las y los jóvenes, no están recibiendo una instrucción formativa de calidad. Aunado, a que desaparecieron los mecanismos de evaluación, para medir los índices. Aún así, se aprecia la deserción escolar (luego esos niños y adolescentes, son presa fácil, para ser cooptados por grupos criminales). Una cosa, lleva a la otra. Sin escuela, buscan ganarse la vida, de forma práctica, a través de los cárteles.
Por lo que toca a sus obras faraónicas, Claudia habla del Tren Maya, como un gran logro. Anuncia el Tren Interoceánico y el Tren Maya de carga. ¡Ah! Lo que no dice, es la incuestionable, evidente y descarada red de corrupción en torno a ello, protagonizada por Andy, sus hermanos, primos, amigos y demás integrantes de su clan. Lo que tampoco menciona la señora, es que ha habido descarrilamientos. (O como sea que ellos le llamen a eso).
Podría seguir de manera interminable, refutando uno a uno los datos que informa.
Solo abordo un último rubro: la economía. Sea lo que sea que ella diga, es falaz. Vil mentira. Puesto que no hay ningún avance o progreso. Las y los mexicanos, sufrimos las consecuencias. Una canasta básica inalcanzable. “Carísima de París” (bueno…. de México). La gasolina, al precio más alto de la historia. Cualquier producto, sea de primera necesidad o de lujo, ha triplicado su precio, en comparación a hace 7 años.

Hay quienes aseguran, que no es el primer informe de Sheinbaum, sino el séptimo de Andrés Manuel. Algo de cierto hay en ello.
Ya es momento…