La estrategia de Pemex para extraer gas natural en yacimientos no convencionales representa un riesgo para el medio ambiente y el calentamiento global, aseguró Nuestro Futuro AC.
Nora Cabrera, abogada y directora ejecutiva del organismo medio ambiental, expresó que recurrir al fracking para explotar gas natural en yacimientos no convencionales es algo que se había prohibido en la Administración anterior e incluso se analizaba establecerlo en la Constitución, propuesta que no avanzó.
"Volver a abrir esa ventana es social y ambientalmente muy preocupante", expresó.
De acuerdo con el Plan Estratégico de Pemex 2025-2030, el año pasado México importó 6 mil 666 millones de pies cúbicos de gas natural, sobre todo de Estados Unidos, que representa 74 por ciento de la oferta nacional.
Por ello se pretende aumentar la producción de gas natural para pasar de 3 mil 500 millones a 5 mil millones de pies de pies cúbicos entre este año y 2028 y mantenerlo en ese nivel hasta 2035.
La petrolera plantea explotar yacimientos no convencionales como Burgos y la Cuenca de Veracruz, así como otros no convencionales, algunos en aguas profundas, como Ixachi, Quesqui, Bakte, Lakach, Exploratus, Cratos, Kunah, Piklis y Doctus.
Burgos, ubicado entre Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, es la cuenca más importante de México con un estimado de 10.8 mil millones de pies cúbicos de gas natural.
Actualmente existe una planta en Burgos con capacidad para producir mil 200 millones de pies cúbicos, pero opera sólo al 25 por ciento.
El fracking es una técnica para extraer gas y petróleo de formaciones rocosas poco permeables que requiere millones de litros de agua y es altamente contaminante, pues libera metano, de acuerdo con la Asociación Mexicana contra el Fracking.
"(El metano) es un gas fósil, que calienta la tierra más rápido en el corto plazo, más rápido que el dióxido de carbono. Es muy preocupante en términos ambientales", expresó Cabrera.
El empleo del fracking representaría estar perdiendo en temas ambientales y tendría un impacto en las metas ambientales, porque pareciera que la política energética está disasociada de la climática y eso no es avanzar en la transición energética justa en México, añadió.
"Estamos en plena crisis climática y llama la atención que en el plan de Pemex, en el tema del gas, se habla de modelos no convencionales o de fracking y no de cómo se puede transitar a un modelo más sostenible", comentó Cabrera.
La Alianza señala que el uso del fracking, además de contribuir al calentamiento global, contamina el agua, puede provocar sismos y causar daños a la salud, como cáncer, mutaciones, afectaciones respiratorias, gastrointestinales, dermatológicas y oculares, entre otras.