Londres.- Hace más de una década, cuando Rusia presionó a Pavel Durov para que cerrara las páginas de los políticos de oposición en un sitio parecido a Facebook que él creó, este empresario de la tecnología respondió en línea publicando una impertinente foto de un perro vestido con una capucha con la lengua de fuera.

“La respuesta oficial a los servicios de inteligencia ante la petición para bloquear a grupos”, escribió con descaro.

Trece años después, la racha anti-establishment de Durov parece que lo ha llevado a una nueva ronda de problemas con las autoridades.

El sábado, fue arrestado en Francia como parte de una investigación sobre actividades criminales en Telegram, la herramienta de comunicación en línea que fundó en el 2013, que se ha convertido en una plataforma global definida por su estrategia de no vigilar la manera en que se comportan sus usuarios.

Este lunes, el presidente Emmanuel Macron de Francia se refirió al arresto de Durov y dijo que el país estaba “profundamente comprometido con la libertad de expresión”, pero que “en un estado gobernado por el imperio de la ley, las libertades son ratificadas dentro de un marco legal, tanto en las redes sociales como en la vida real”.

El arresto de Durov causó una tormenta, convirtiéndolo en un héroe entre los que están preocupados acerca de la libertad de expresión y la censura del gobierno, especialmente ahora que el escrutinio del contenido en línea ha aumentado globalmente.

Elon Musk, dueño de X y Edward Snowden, el contratista de inteligencia estadounidense quien huyó a Rusia después de dar a conocer información clasificada, son algunos que salieron de inmediato en defensa de Durov.

Telegram dijo en un comunicado del domingo que acata las leyes de la Unión Europea.

“Es absurdo asegurar que una plataforma o su dueño son los responsables del abuso de esa plataforma”, dijo la empresa.

Desde hace tiempo, Telegram ha mantenido una ética anti-autoridad y compromiso con la libre expresión y eso ha ayudado a que esa plataforma se haya convertido en una popular aplicación de chat para los rusos, iraníes y otras personas que viven bajo gobiernos autoritarios.

Aunque también, esa política de nula vigilancia de Durov también ha atraído a terroristas, extremistas, traficantes de armas, defraudadores y narcotraficantes.

Telegram ha enfrentado prohibiciones temporales o permanentes en 31 países, de acuerdo a Surfshark, un diseñador de software VPN utilizado para evitar bloqueos en internet.