Me gustaría iniciar esta colaboración con el pensamiento de un filósofo, economista y político británico, considerado uno de los pensadores más influyentes del siglo XIX; John Stuart Mill, quien aseguraba en su obra "El Sometimiento de las Mujeres” que la exclusión de las mujeres en poder político no solo era injusta, sino también era irracional. La razón de su forma de pensar tiene una lógica irrebatible, cuando no se incluyen mujeres en el ámbito político, como mínimo, estamos desaprovechando las capacidades y aportaciones de al menos la mitad de la población.
A pesar de todo esto, la inclusión de mujeres en el ámbito político debe considerarse como algo crucial para la lucha por la igualdad de género, sobre todo si pensamos en la imperiosa necesidad de visiones distintas, complementarias y acuciosas que nos lleven a la construcción de una sociedad más justa y plena.
México no se escapa a esta condición global, basta recordar que fue hasta 1953 cuando las mujeres tuvieron por primera vez acceso a votar, aunque para pasar de ahí a que tuvieran la posibilidad de ostentar cargos de responsabilidad política ha sido un camino más difícil y complejo. Durante el siglo XX, después de conseguir el derecho al voto, las mujeres tuvieron avances significativos pero pequeños, algunas pudieron ubicarse al frente de ciudades, estados e instituciones políticas. Cabe destacar en este punto el papel de Griselda Álvarez, la primera mujer que llegó al cargo de gobernador en nuestro país.
Con la reforma al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) en 1996, se consiguió dar un paso fundamental en la lucha por los espacios políticos para las mujeres al garantizar que al menos el 70% de los cargos de elección popular fueran del mismo género; con ello se lograba que al menos el 30% fuera para personas del sexo femenino. Aunque fue una reforma considerada “tímida” por algunas feministas, sentó las bases para las subsecuentes adecuaciones legales para promover el acceso de las mujeres a puestos de elección popular.

Finalmente, en 2014, la reforma político electoral introdujo la paridad de género en la cual se exigía que al menos el 50% de las candidaturas fueran encabezadas por mujeres. Este hecho fue fundamental para que se alcanzara una real paridad de género en el ámbito legislativo y con ello, se dio paso a la incorporación de condiciones más justas en México. Hoy, a pesar de que es necesario seguir trabajando para garantizar que México esté completamente libre de violencia política de género, podemos voltear la mirada hacia atrás y ver los logros que han sido conseguidos por incontables mujeres que lucharon para que avanzáramos en ese camino.
Este breve recuento de las luchas, desafíos y logros que las mujeres han tenido que enfrentar, sirve solamente como marco a lo ocurrido desde finales del 2023, cuando se consideraron a dos mujeres para la candidatura a la presidencia de México; no por obligación legal, sino por el convencimiento de que eran las mejores opciones. El 2 de junio de 2024, el pueblo de México decidió que debía ser gobernado por una mujer; por Claudia Sheinbaum. Este hecho histórico se prolongó cuando la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió la declaración de validez de la elección y la declaratoria de Presidenta Electa.
De las palabras que la doctora Sheinbaum emitió en su discurso, hay dos frases que retumbaron en el ambiente social, “México ha roto el techo de cristal” recordándonos que por primera vez una mujer había alcanzado la responsabilidad más alta en el ámbito público. La otra frase es una evocación por la lucha de tantas mujeres… “No llego sola, llegamos todas”, en una clara alusión a todas las que han puesto su empeño en la lucha por la equidad de género.
Independientemente de si usted votó o no por Claudia Sheinbaum, debe sentir un profundo orgullo por el paso que ha dado el pueblo de México. El momento que vivimos marca un camino distinto en la historia del país; usted y yo estamos teniendo la oportunidad de experimentar este cambio que significa la apertura a una sociedad más justa para todos.