Hoy 12 de julio se festeja el día del abogado, para que aproveche y felicite a su amigo, amiga, familiar o abogado de confianza. Por ello es que aprovechando la fecha voy a darle unos consejos de cómo escoger un buen abogado, profesionalmente hablando, aunque sea una profesión muy demeritada, porque como dicen, en la vida hay que contar con un buen médico, un buen mecánico y un buen abogado, porque nunca sabe cuándo lo va a necesitar, pero es seguro que lo necesite. 
Para empezar, siempre recomiendo que sea una persona de experiencia y especializada en su materia. Por experiencia me refiero a que se dedique a la materia que usted necesita, porque así como los médicos, los abogados y abogadas también atendemos de acuerdo a nuestra especialización y rama a la que nos dedicamos.
En segundo lugar, recomiendo que sea un abogado que cuente con referencias, es decir que haya llegado a él por una referencia confiable de un amigo, una amiga o un familiar, por haber tenido buena experiencia profesional con él, no sólo en el resultado (el cual depende no siempre de la destreza del abogado), sino en el trato, atención y seguimiento del caso.
En tercer lugar recomendaría que siempre contraten al que les hable con la verdad. En este punto, aunque es muy difícil detectar cuál es la verdad porque usted desconoce los procedimientos y por eso se acercó al profesionista, todo empieza desde la contratación.
Si de entrada un abogado garantiza ganar el asunto ya debe usted de dudar, pues ningún caso puede garantizarse, hablando de litigio, puesto que siempre juegan circunstancias ajenas a la destreza del abogado.
Siguiendo con este tercer punto, un buen abogado siempre le dirá que el resultado no depende de él pero, si su caso tiene bases (elementos), puede hablar de su experiencia en dichos casos (por eso es importante la experiencia) y le puede proyectar un porcentaje de éxito o bien hablar del saldo de los casos que ha llevado parecido a los suyos. Lamentablemente en este punto es muy común que la gente se deje engañar con abogados que garantizan el éxito.
En cuarto lugar, un buen abogado es aquél que no se abarata, y en este punto es cierto el dicho que lo barato sale caro, porque aunque sé que hay buenos abogados que no cobran caro, no es lo mismo que cobren barato. Un buen abogado va a cobrar lo que su asunto se cobra en el mercado. Sólo cobran barato los abogados que van iniciando y esos, como lo dijimos en el punto primero, aún carecen de experiencia en el litigio.
En quinto lugar y último: trata de encontrar un abogado para tu asunto que conozca el sistema, ya sea por haber trabajado como servidor público en algún tribunal u oficina de la materia de tu asunto, o por ser conocido como buen abogado litigante por dicha oficina. Este punto va de la mano con la referencia.
Pero de plano si no tienes ni idea por dónde empezar para contratar un buen abogado te recomiendo que acudas a las distintas barras y colegios de abogados legalmente constituidos, ya que aunque no es garantía de encontrar un buen abogado, generalmente ahí se agrupan buenos profesionistas de la materia.
Estas recomendaciones puedo darlas no sólo por mi experiencia profesional como abogado desde 2009, que me ha permitido conocerlos, además de tener amistades muy queridas en este ámbito profesional (buenos abogados por supuesto, los malos no son mis amigos), también porque considero que como en todas las necesidades de profesionistas, estos consejos aplican. 
Felicidades a mis amigos y amigas que desempeñan esta profesión con ética y dignidad enalteciéndola, un abrazo a ellos y a todas y todos los buenos abogados de nuestra comunidad chihuahuense.