A petición de las autoridades eclesiásticas y civiles de la Nueva España, en el sentido de establecer en la Ciudad de México una universidad de estudio de toda ciencia, en 1553, el virrey Luis de Velasco ejecutó la Real Cédula otorgada por Felipe II, en nombre de Carlos V, para la apertura de la Real y Pontificia Universidad de México, originalmente llamada Real Universidad de México. [1]
La Universidad debe ser la institución más excelsa en la ciencia y la cultura, entendiendo ciencia en el sentido clásico, esto es, un conocimiento cierto de las cosas por sus causas como dice Gutiérrez Sáenz[2], del cual explica que al ser un conocimiento cierto indica algo más que verdadero y que la ciencia es un conocimiento seguro, sólido, firme. Lo que implica que no tenemos temor alguno de engañarnos, dado que contamos con motivo o una razón que nos pone en posesión de la verdad.
Al decir que la ciencia estudia las causas, se quiere decir que una persona tiene conocimientos científicos en el momento en que sabe dar la causa o razón del objeto o fenómeno que estudia o de que se trata.
Entonces, el universitario sea docente, investigador o estudiante, si pretende ser congruente con su vocación debe familiarizarse con lo que la ciencia es, debe tener conocimiento de las distintas maneras que existen para explicar la realidad, es decir, la explicación empírica, científica, filosófica y teológica, y de éstas su unidad, fundamentos, jerarquía, alcances, límites y diferencias [3].
Así por ejemplo, una explicación empírica de lo que es la realidad, es la que nos proporciona aquella persona que no tiene una formación académica o profesional, a quien si le preguntamos qué es la realidad, seguramente nos dirá: el monte, el río, el cielo, etc. y si preguntamos qué es el agua, nos dirá que un líquido incoloro sin sabor, en pocas palabras la realidad será para ella todo lo que nos rodea o como nos comportamos.
Si a esa misma persona sin formación le preguntamos ¿cómo llegó a esa conclusión? nos dirá que por la información que captó por los sentidos; este tipo de conocimiento es el que llamamos empírico.
Por el contrario, una explicación científica nos la brinda aquella persona que cuenta o ha tenido una formación en las ciencias, que acude a un método científico para explicar las cosas, no se contenta con dar una explicación adquirida por la experiencia o los sentidos, sino que además dirá las causas, por ejemplo no solo diría que el agua es líquida y sin sabor, sino que se integra por un átomo de oxígeno ligado a dos de hidrógeno, que la molécula del agua tiene carga eléctrica positiva en un lado y negativa del otro, que debido a las cargas eléctricas opuestas se atraen y que las moléculas del agua tienden a unirse unas con otras.
Un científico también puede explicar un tipo de enfermedad o síntoma clínico, concretamente la causa que lo produce, fundamenta la explicación en el método científico; en este sentido cuando el Dr. Vázquez afirma categórico que un paciente tiene acumulación de pus en el hígado, en respuesta a un parásito intestinal llamado Entamoeba histolytica, tiene que fundarlo debidamente en un método.
Como ves, cualquier universitario, docente o alumno, está obligado a conocer, comprender y distinguir la ciencia de la pseudociencia o conocimiento no fundado, es decir, de las ocurrencias en que incurren algunos docentes.
Con lo anterior te darás cuenta de la trascendencia de los conocimientos científicos con los que la Universidad debe dotar a los estudiantes a través de los docentes, por sus implicaciones en la ciencia, la cultura y concretamente en los beneficios que brinda a la sociedad en general.

[1] https://www.gob.mx/agn/articulos/agnrecuerda-la-apertura-de-la-real-y-pontificia-universidad-de-mexico#:~:text=El%2025%20de%20enero%20de,llamada%20Real%20Universidad%20de%20M%C3%A9xico.
[2] Gutiérrez Saénz, R. Introducción a la Lógica. México. 1996. Pág. 17.
[3] Ambriz Vidal, J. Medicina Humanística. México. 2022. Pág. 21.