La semana pasada estuvo muy cargada de acontecimientos. De ahí, el título de estas líneas. Comienzo:
Durante la semana, el maestro Carlos Rivera Alcalá fue nombrado Consejero Jurídico del gobierno del Estado de Chihuahua; enhorabuena, durante los últimos nueve años, el cargo de consejero jurídico estuvo ocupado por gente corrupta, incompetente o ignorante. Nueve años de una consejería jurídica acéfala es mucho tiempo; es de celebrar que, por primera vez en ese lapso, llegue un auténtico abogado y conocedor del derecho; ya estuvo bueno de bestias y acémilas en una responsabilidad tan elevada. Congrats.
Por otro lado, pues bien, ya me instalé: me pongo a las órdenes en calle J. Domínguez de Mendoza, número 1706, interior 2, col. San Felipe, C.P. 31203, de esta ciudad de Chihuahua; con números 614 438 4832 (fijo) y 614 223 3337 (celular); y correo electrónico [email protected]; ha habido algunas personas que me han llamado pidiéndome que les haga partícipes de esta información, ¡voilà!, hagan sus citas. Les diría que tienen descuentos por el Black Friday, las festividades guadalupanas, las Navidades o los Santos Reyes, pero no; la verdad es que no estamos (oílo) tan desesperados; y nosotros (yo) también tenemos necesidad del obligatorio reposo (irme a las Europas me cansó lo suyo) y de hacer las tres comidas; por eso los espero en enero y, ya puestos, en febrero, marzo o abril porque ésta, ahora sí y como diría don Manuel Gómez Morín, es brega de eternidad o, por lo menos para mí, empieza a serlo.
Por lo que hace a la editorial, ya también va a todo tren; y también me pongo a las órdenes en calle J. Domínguez de Mendoza, número 1706, col. San Felipe, C.P. 31203, de esta ciudad de Chihuahua; con números 614 438 4832 (fijo) y 614 183 3934 (celular); y correo electrónico [email protected]; dice el Adolfo que no, que lo de los números y los correos distintos es cosa de locos, que así no; que me voy a deschavetar, que se va a prestar a confusiones; yo le respondo lo que siempre respondo en estos casos: “me vale; a lo que sigue”; por lo pronto, parece ser que hay un candidato para que realice un informe de lectura respecto de creación literaria; ¡manos a la obra!
En cuanto al panorama nacional, el periódico español El País publicó un diagnóstico demoledor: “El magma criminal asfixia a América Latina”; consiste en un reportaje exhaustivo en el que analiza cómo las redes del crimen organizado en América Latina se diversifican más allá del narcotráfico tradicional: extorsión, minería ilegal, contrabando de armas, trata, tala, corrupción endémica. Se señala que la fragmentación de mafias, su dispersión geográfica y su mezcla con actores estatales están desbordando la capacidad de los estados para contenerlas; en el caso mexicano, señala: “Un pedazo de papel verde, con una frase escrita en mayúsculas, resumía esta semana los problemas de criminalidad que azotan a América Latina. Apareció en Guerrero, en el castigado litoral del Pacífico sur mexicano, pero podría haberlo hecho en realidad en Santiago de Chile, en Medellín (Colombia) o en cualquiera de los sectores de Guayaquil, en Ecuador. Era un aviso, una cuartilla pegada en esquinas y postes de luz, una amenaza a los comerciantes de un puñado de barrios, avisando de que a partir de diciembre deberán de empezar a pagar cuota. ‘Esta colonia tiene dueño’, concluía la advertencia, de autor desconocido”. ¿Y el gobierno federal? Bien, gracias; diciendo estupideces, quejándose de todo, culpando a Calderón, mintiendo; siendo MORENA, pues, a tiempo completo.
Le voy a dar un consejo que no me ha pedido: deje la molicie de lado; movilícese, haga patria (sin matar chilangos); ésta puede ser nuestra última oportunidad: Morena avanza y no, no pueden ser ni son buenas noticias.
Hay unos cuantos millones de analfabetas, muertos de hambre y gentuza sin escrúpulos, esa gentuza va a salir a votar en las próximas elecciones; si usted no deja la molicie de lado, ni se moviliza, ni hace patria, lo más seguro es que ese cáncer va a continuar avanzando hasta devorar al país por entero.
Sea responsable, hágase cargo; si no va actuar en consecuencia, luego no venga a quejarse.
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