En la sala Array de la funeraria Aeternus de Mazatlán, Sinaloa, era velada desde el pasado lunes Suiry Chávez, quien fuera directora de Integración Comercial de Vitas Financial, la estafa Ponzi basada en el diseño de su madre, Aras Business Group, el mayor fraude financiero en la historia de Chihuahua.
Implicada también en las denuncias contra Vitas Financial, Chávez Barraza estaba relacionada sentimentalmente con Carlos Alberto Vidaña Carrasco, quien recibía las condolencias de unos cuantos familiares y amigos cuando llegaron las visitas inesperadas de agentes de la Fiscalía General de Chihuahua y la de Sinaloa.
Al momento de su arresto, obviamente, Vidaña no la pasaba bien. Años escondiéndose desde que huyó del estado se habían complicado con padecimientos de Suiry. Pero no vivía precisamente a salto de mata los últimos meses, como pudiera pensarse por varias órdenes de aprehensión dictadas en Chihuahua y Juárez.
Al contrario, se había establecido en la cercana ciudad playera e incluso viajaba a Sonora, donde tenía algunos otros contactos posiblemente vinculados a las falsas promotoras de inversiones que, como Vitas, levantaban capital de los incautos y lo esfumaban, en medio de promesas de fantásticos rendimientos.
La historia no contada de su detención, sin embargo, parece que no es producto de arduas labores de investigación de la autoridades ministeriales, sino de algún pitazo por el deceso de la mujer que llevó a su localización. De la funeraria salió esposado, apenas despidiéndose de sus tres hijos.
Previamente, el 23 de enero pasado, Francisco Mata Anchondo, uno de los gerentes de Vitas, se entregó voluntariamente ante las autoridades estatales, en un hecho que, por lo poco común, dio la apariencia de estar completamente negociado.
“Si no es para entregar al resto de la plantilla directiva de la pirámide Vitas, no se puede entender el trato preferencial dado a Francisco Mata, uno de los gerentes de la empresa que funcionó en Chihuahua como vil copia de Aras, la otra financiera fraudulenta cuyos delitos han sido dejados en la impunidad”, publicó GPS a finales del primer mes de este año.
“El sujeto fue a entregarse a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado en el C-4 de la capital, a bordo de su Mercedes 2019, que quedó asegurado. Bueno, así fue manejada oficialmente la información, aunque hay señales de que pudo haber logrado un acuerdo previo para esa entrega...”
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Según el acta constitutiva de Vitas Financial, la empresa fue creada en junio de 2021 por cuatro socios: además del recién capturado Carlos Alberto, participaron Jovanny Arturo Hinojos, Joel Alfonso Salas y Manuel Alejandro Pérez, en la conformación de la sociedad anónima promotora de inversiones, el esquema S.A.P.I que, desregulado totalmente, les permite captar dinero del público inversionista, sin tener autorización para eso.
Otros seis gerentes y directivos han sido involucrados en el modo de operación de la estafa, entre ellos Francisco Mata y la fallecida Chávez Barraza. Alrededor de una decena eran los que estaban en la cumbre de la pirámide que, como todas, acabó por desfondar cuando no hubo más aportaciones de incautos con las que era simulada la generación de rendimientos.
A la quiebra de Aras le sucedió lo mismo a Vitas. La primera, -sentenciada como empresa al pago de más de cinco mil víctimas por miles de millones de pesos, mientras su director, Armando Gutiérrez Rosas, sigue prófugo pero feliz y contento como aquel personaje de J. Volpi, del Memorial del Engaño-.
Cayó en la quiebra después de un año y medio de bonanza, gracias a las sumas entregadas por los ingenuos que, con exceso de ambición e ignorancia del mercado del dinero, entregaron al grupo unos 200 millones de pesos en un corto periodo, captación que ya quisiera un pequeño banco de nicho de los que operan con regulación.
Las víctimas le metieron desde 10 mil pesos hasta 60 ó 70 mil dólares; según el registro de la Fiscalía General del Estado, a la fecha existen 453 denuncias contra la falsa financiera por el delito de fraude: entre Chihuahua y Delicias acumulan la mayoría, 355; en Juárez se han radicado 79 y en Parral otras 19, por montos de los más variados; oficialmente no hay una estimación del daño patrimonial ocasionado.
Parece una suma menor en comparación con los cinco o seis mil millones de pesos en que está valuado el fraude de Aras, contra miles de víctimas, pero es el patrimonio de muchos chihuahuenses que cayeron en la tentación por necesidad o legítima ambición de multiplicar sus recursos, en lo que para algunos, los menos favorecidos, debió ser la peor decisión financiera de sus vidas.
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A la luz de la detención de esta semana y la captura -o entrega- del presunto estafador del pasado mes de enero, queda claro que las investigaciones avanzan, quizás no al ritmo que quisieran las víctimas, pero al menos no están en la congeladora. No en Juárez, obvio; sí en este caso en la Fiscalía Centro.
Sin embargo, adolecen los procedimientos de la obligada transparencia que debería regir a las autoridades. La opacidad ya tiene un ejemplo claro con Aras, pero el caso Vitas viene a reforzar esa conducción algo turbia y oscura; no es completamente de cara a la sociedad, pero tampoco totalmente a espaldas, sino un tibio intermedio que no genera certeza en la gente y menos en las víctimas.
De entrada, el primer detenido-entregado, Mata Anchondo, fue llevado ante los jueces de Ciudad Juárez, para responder ante dos casos de fraude por los que tenía orden de aprehensión.
En un caso, el exgerente de Vitas quedó vinculado a proceso, con el beneficio de llevarlo en libertad, tras el pago de una garantía de 50 mil pesos y la obligación de permanecer en el estado, para enfrentar la demanda por varios miles de dólares que reclama un ciudadano juarense; en otro caso no pudo ser procesado por tener un amparo a su favor, cuyo desenlace todavía desconocemos.
Luego, con Vidaña Carrasco, el traslado de Mazatlán a Juárez replicó lo del caso anterior. Según oficios en poder de GPS, el fundador de la financiera fue detenido en la Fiscalía Zona Norte y puesto a disposición de dos jueces penales de la frontera, Jaime Rodríguez y Lorenzo Armando Villar (apenas jubilado, fue relevado por Antonio Coss Araujo), por tres causas penales instauradas en la frontera.
¿Quién determinó la prioridad de los casos de Juárez sobre los casos de Chihuahua? ¿Fue más eficiente la Fiscalía Norte de Juárez que la Fiscalía Centro de la capital o cuál fue el criterio para las consignaciones iniciales en esa ciudad? ¿Son más victimas las de allá que las de acá? ¿O son víctimas más influyentes unas que otras? La respuesta es fundamental.
Si bien, pues, es plausible el avance y las detenciones, quedan siempre cuestionamientos sin responder de parte de la autoridad, que maneja a discreción y administra a conveniencia los procesos contra presuntos estafadores.
Más allá de los naturales cuestionamientos siempre sin respuesta, la autoridad extiende la agonía de las víctimas con falsas esperanzas de la reparación del daño, como si bastara la espectacularidad -hasta la inverosimilitud, como la entrega y liberación de Mata- de las detenciones para hacer justicia.
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De 2020 a 2023, tras la crisis de las financieras estafadoras, las denuncias por fraude se dispararon 101 por ciento en todo el estado, de acuerdo a los registros que la FGE hace llegar mensualmente al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
De ahí la importancia de la procuración y la impartición de justicia, tareas que involucran tanto a un atortugado Ministerio Público como a un rebasado Poder Judicial, distraído por completo en su nueva conformación que ahora será por elección popular.
Pese a todo, son relevantes los avances que, con esta última captura, reporta la Fiscalía: dos detenidos de alrededor de una decena de involucrados en el fraude de Vitas; una sentencia contra la persona moral Aras, la primera en la historia nacional y estatal, así como otros detenidos y procesados de la misma pirámide; y otros tres capturados de otras pirámides o estafas similares.
De la escalada de fraudes financieros que padecieron los chihuahuenses, algunos aventuran la cifra de unas 20 mil víctimas de todas las empresas, pero muchos prefirieron no denunciar, para no perder tiempo más valioso que lo falsamente invertido o para no exhibirse públicamente.
Porque además de Aras y Vitas, hay un montón más de estafadoras con denuncias: SOI Consultoría Empresarial S.A.S. de C.V con casi 200; Fibra Millennium con 281; GC Financiera (Calco) con 82; JBI Businnes con 60; Era Capital con medio centenar; Krugman Brokers y Bitminer con menos de una decena.
A estas denuncias, hay que sumarles las que fueron presentadas contra ADC Soluciones Globales y Yox Holding, también con cientos cada una, la última del venezolano Carlos Lazo, del fracasado equipo Chihuahua Futbol Club; es pájaro de cuenta no solo aquí sino en Coahuila, Durango, Nuevo León y Jalisco.
En algún momento deberá alcanzarles el largo brazo de la ley, como dicen quienes todavía creen en el sistema, pero no basta con la detención ni los procesos a espaldas de las víctimas.
Si no hay intentos serios de restitución, aunque es casi imposible dado que las fortunas amasadas debieron irse tan fácilmente como llegaron, tampoco es posible hablar de justicia.