Ciudad de México.- "Mensajeros sois, amigo. / Non merecéis culpa, non". Los versos del antiguo romance castellano reflejan la apurada situación en que hoy me veo. A fin de dar claridad a mi mensaje debo emplear dos duras expresiones. Ambas provienen del pueblo, del auténtico, no del "bueno y sabio" inventado por la demagogia de López Obrador. Ese pueblo, el verdadero, no se anda con perífrasis o circunloquios: llama a las cosas por su nombre. Atribúyasele a él las dos badomías -badomía es disparate, despropósito- que seguidamente pondré aquí. Va la primera. En la Ciudad de México un individuo de la más baja estofa vio a una joven que mostraba en los brazos profusión de vello. Sin consideración alguna a la decencia o la moralidad le dijo: "¡Ay, mamacita! Si así tienes la Villa ¡cómo tendrás la Lagunilla!". Esa plebeya frase no tiene relación alguna con el comentario que en seguida voy a hacer; si la cité es sólo para ejemplificar lo claridoso que es nuestro pueblo al expresarse. La segunda expresión sí tiene que ver con el tema en comento. La escuché en labios de don Abundio el del Potrero, quien me la dijo en tono al mismo tiempo de reproche y de útil advertencia. Sucede que el comisariado ejidal me llevó unos papeles para que los firmara. Sin siquiera verlos estampé en ellos mi rúbrica. El sabio viejo me amonestó: "Patrón: ni mear sin peer ni firmar sin leer". Lejos de mí la temeraria idea de equiparar este suceso con el que le aconteció en Chiapas a la Presidenta Sheinbaum, cuando una cáfila de rufianes pertenecientes a la banda de extorsionadores conocida como CNTE detuvo el paso de su vehículo, le presentó a la mandataria un par de documentos y le exigió que los firmara. La Presidenta se vio obligada a hacerlo sin antes enterarse del contenido de esos papeles ni de las obligaciones que contraía al firmarlos. Bien conocido es el refrán admonitorio: "Cría cuervos y te sacarán los ojos". AMLO prohijó a esa organización delincuencial de sedicentes maestros, y al hacerlo dio pábulo a que crecieran sus abusos y exacciones. No extrañe que ahora quien lo sucedió en el cargo sufra las embestidas de esos extorsionadores, que periódicamente cobran al gobierno derecho de piso. Así anda nuestro país; así la nefaria 4T lo hace desandar el camino por el que tan penosamente había avanzado. Lo digo sin ambages con otra expresión de pueblo: "Más vale un '¡cabrón!' a tiempo que sermón mal deletreado". Noche de bodas. La recién casada gozó cumplidamente las delicias de himeneo, tanto que de inmediato le pidió a su flamante maridito una segunda vez. El alicaído galán le dijo: "Espera un poco". "¡Cómo que espere un poco! -protestó la anhelosa desposada-. ¡Hasta en la tele hay repetición instantánea!". Charinela, célibe, les dio a sus padres una noticia interesante: estaba un poquitito embarazada. El atufado genitor le preguntó: "¿Se casará contigo el papá de la criatura?". "Pienso que sí -respondió Charinela-. Ya tengo la promesa de seis de los probables". El mesero del restorán les informó al maduro señor y a su señora: "Tenemos un menudo como para levantar muertos". La mujer le dijo aparte: "Tráigale un plato a mi marido. Le daré una buena propina si hace como que se tropieza y se lo echa en la entrepierna". Medianoche en el autobús de pasajeros. Dos bellas chicas que en él iban entablaron un diálogo picante. Una le preguntó a la otra: "¿Harías el amor con un hombre por un millón de pesos?". "Claro que sí". "¿Y por medio millón?". "También". "¿Y por 100 mil pesos?". "Lo mismo". "¿Y por 50 mil?". Las interrumpió un somnoliento pasajero: "Cuando lleguen a 300 pesos me despiertan". FIN.
MIRADOR
Por Armando FUENTES AGUIRRE.
Yo no le temo a la Inteligencia Artificial.
Es artificial.
La máquina no elimina al hombre: lo ayuda, pero no lo sustituye. Del mismo modo que no hay nada en el pensamiento que no haya estado antes en los sentidos, tampoco en la máquina hay nada que antes no haya estado en el hombre.
Muchas cosas podrá hacer -y hace ya- la Inteligencia Artificial, pero nunca pensará lo que pensaron Sócrates, Platón y Aristóteles; ni escribirá lo que escribieron Dante, Shakespeare o Cervantes; ni pintará lo que pintaron Giotto, Miguel Ángel o Van Gogh; ni hará la música que compusieron Bach, Mozart o Beethoven. Tampoco descubrirá lo que descubrieron Pasteur, Fleming o Marie Curie; ni hará el bien que hicieron San Francisco de Asís, Albert Schweitzer o la Madre Teresa. (Tampoco hará el mal que hicieron Atila, Napoleón o Hitler).
Jamás la máquina estará por encima del hombre. Será su esclava, nunca su dueña. El hombre es producto de la naturaleza; la máquina es producto del hombre. El hombre es natural; la máquina es artificial.
No le temamos a la Inteligencia Artificial.
Bastará desconectarla para que no nos haga daño.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
Por AFA
". Trump puede caer por el escándalo Epstein.".
Un pensamiento se arraiga
cada día más y más:
para que el mundo esté en paz
ojalá ese patán caiga.