-Demasiados canales Tribunal-Palacio
-Patricia Ruiz mete ruido en la UACH
-“Memo” le corrige el rumbo al PAN
El nombre de Santiago Creel comenzó a sonar en Palacio de Gobierno y la cúpula panista como una alternativa para la gubernatura de Chihuahua por parte del PAN, no en comentarios aventurados sino en escritorios y oficinas de alto nivel de la sede del poder estatal.
Nos aseguran que varios levantaron las cejas y lo tomaron como chiste, pero esa carta fue puesta sobre la mesa en medio de las posibilidades que tiene el PAN para retener la gubernatura en 2027, ante una previsible presión de Morena.
Aunque la lógica indica que el albiazul ya tiene candidato natural en el alcalde Marco Antonio Bonilla, hay quienes consideran que el partido debe tener una baraja completa de aspirantes para las eventualidades que puedan surgir.
Es decir, si es mujer la candidata morenista, el PAN debe también estar preparado con candidata; si es una figura nacional, como la poderosa secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, el partido también debe tener una carta de ese calado, aunque parezca ilógico, irrisorio, que las dos alternativas perfiladas para la sucesión manden traer un virrey o una virreina del centro del país.
Obedecen a esa lógica las menciones de Creel, que nadie sabe bien a bien de dónde surgieron, pero comenzaron a tomar fuerza tras el relanzamiento del PAN, contexto en el que destacó Chihuahua como una plaza prioritaria y una batalla emblemática en las siguientes elecciones.
Otros ven un error sacar más nombres si eso termina interpretándose como que del mismo partido le ponen piedritas en el camino al alcalde Bonilla.
Obviamente, hay normas que limitarían a Creel, como la residencia obligatoria de cinco años en Chihuahua y la edad, pero las leyes pueden modificarse, adecuarse a las necesidades del poder.
Además, el exdiputado, exsenador, exsecretario de Gobernación y excoordinador de la campaña de Xóchitl Gálvez, tiene raíces en la entidad: su tatarabuelo Luis Terrazas y su bisabuelo Enrique Creel fueron gobernadores; la unión de esas familias, de hecho, creó los imperios económicos y políticos actuales, que persisten desde el porfiriato.
Hasta ahí queda el apunte de lo que se habla entre panistas de mucho peso, en especial entre los que insisten en ampliar la gama de posibilidades.
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La inestabilidad, falta de conducción política y escándalos públicos constantes del Tribunal Superior de Justicia del Estado, tienen una explicación de fondo que quizás no alcanzan a entender quienes observan con preocupación la forma en que se ha devaluado el Poder Judicial.
En la política real, tanto el Poder Legislativo como el Judicial tienen dependencia del Ejecutivo, presupuestal y políticamente, más allá de la teoría de la separación a independencia de poderes. Es lo primero que debe comprenderse.
Es hasta sano que las cabezas de los tres poderes, en equilibrio y coordinación, mantengan estrecha comunicación para aplicar exitosamente políticas públicas en beneficio del estado.
Pero el caso es que la magistrada presidenta del TSJE, Marcela Herrera Sandoval, no es la única con canal de comunicación abierto al Palacio de Gobierno, sea con la gobernadora Maru Campos o el secretario general, Santiago de la Peña; o con las fuerzas políticas representadas en el Congreso local.
Hay una cantidad excesiva de canales políticos abiertos, lo que tiene a los magistrados -e incluso a jueces de primera instancia, que también presumen comunicación directa y cercanía a otros poderes- más entretenidos en la grilla, en vez de estar concentrados en la función principal asignada por ley, que es la de impartir justicia y resolver asuntos penales, laborales, civiles y familiares.
Si a Herrera Sandoval le hacen mosca Gerardo Acosta Barrera, Claudia Campos, Rubén Aguilar, Andrés Pérez Howlet, José Luis Chacón, Hortensia García, Yamil Athié, Gloria Angélica Mendoza y otros tantos más, el balance político es negativo para el TSJE.
Si a eso se suma que le hacen competencia otros poderes internos del Poder Judicial, como el Órgano de Administración Judicial de cinco cuasi magistrados (tres del Poder Judicial, uno del Legislativo y otro del Ejecutivo) y el Tribunal de Disciplina Judicial, con otros cinco magistrados semi dioses del Olimpo, queda claro que el nuevo diseño político es disfuncional.
Mientras esto siga sin comprenderse, poco puede esperarse del TSJE en esta nueva era encabezada por quienes creen que fueron electos por el pueblo, aunque en realidad fueron producto de desaseados acuerdos políticos cupulares.
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Y hablando de libros y políticos, la edición anual de la Semana del Humanismo, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH, contó con la participación de dos exgobernadores priistas, Patricio Martínez García y José Reyes Baeza, quienes comentaron sendos libros escritos por periodistas.
Todo apuntaba a que saliera impecable, de no ser por la intervención de Patricia Ruiz Anchondo, chihuahuense de origen y morenista de carrera, actualmente embajadora de México en Colombia, quien con todas sus letras aseguró que la UACH es una universidad elitista y de las más caras en el país.
El miércoles fue el turno para el video y el libro “Repensar el 85” del profe de la facultad, Martin Zermeño, con una mesa plural y un Poliforum a reventar.
El tema central fue el movimiento estudiantil del 85, que estalló por el intento de reelección del rector Reyes Humberto de Las Casas, “El Pato”.
Fue en ese tenor cuando, inopinadamente, Ruiz Anchondo criticó que con el Impuesto Universitario la UACH recibe cuantiosos recursos.
Ignoró por completo la verdadera situación y malabares actuales para pagar la deuda de Pensiones o para resolver el quebranto que dejó el exrector Luis Fierro.
Con su disertación propagandista por Morena, Ruiz Anchondo rebasó por la izquierda a los que también se dicen de izquierda y estuvieron ahí.
Sus palabras provocaron un prudente silencio y que algunos distinguidos asistentes, incluido José Reyes Baeza, el rector y sus antecesores, se removieran en sus asientos; no se diga el desconcierto de tantos estudiantes.
Y es que, como suele suceder, al mejor cocinero se le va un tomate entero. Todo se cuidó hasta el más mínimo detalle, pero no contaban con “la astucia” de Ruiz Anchondo.
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No pudo haber escogido Guillermo Luján momento más oportuno para presentar su libro “Corregir el rumbo”, justo cuando aún resuenan las consignas del “relanzamiento” del PAN, que toda la semana levantó cejas y movió conciencias.
El viernes en el Teatro de Cámara, “Memo”, un panista puro y duro, le puso el cascabel al gato con un libro que es una autobiografia política, pero a la par la historia del PAN de los últimos 40 años, desde los primeros triunfos en 1983, el Verano Caliente del 86, el arribo a la Presidencia en 2000 y 2006, la crisis interna, la debacle actual.
A lo largo de ese periodo, el exitoso empresario incursionó en el PAN, primero como oficial mayor con Luis H, Álvarez, luego como diputado local, dirigente estatal, diputado federal, hasta funcionario estatal.
El libro fue comentado por César Jáuregui Robles, quien con su estupenda memoria y su infaltable chispa del humor, comentó algunas de esas etapas.
Pero quien sin duda emitió el mensaje más contundente fue el alcalde Marco Bonilla, cuando alentó a los panistas a “verse en el espejo” de esa radiografia con toda crudeza, a sacudirse la modorra, a salir a pelear el voto con la misma garra que en los ochenta, pues hay muchas semejanzas con la situación actual, pero con la ventaja, ahora, de la experiencia.
El libro dedica un capítulo a su etapa como subsecretario de Administración en la Secretaría de Hacienda, en el gobierno de Javier Corral, y al cual renunció para irse a asesorar a su esposa Silvia (q.e.p.d) quien, como suplente del Senador, tenía que cubrir el cargo por dos años.
Lo titula “El quinquenio fallido”, y cita ejemplos de oportunidades que perdió el Estado para hacerse de recursos, porque el gobernador dejaba las cosas a medias. Además solia consultar directamente a mandos inferiores, saltándose a los primeros, lo que generaba un caos interno.
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Durante este fin de semana el alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla, se reunió con líderes de la política local, social y empresarial de los municipios de Saucillo, La Cruz y Camargo, en un encuentro donde destacó algunas de las acciones que le han permitido ser reconocido como un liderazgo que cumple la palabra y gobierna con hechos.
En su mensaje, Bonilla reconoció los grandes retos que enfrenta la región, la sequía que golpea al campo, el abandono federal hacia los productores, el cierre de la Financiera Rural y el desabasto médico en instituciones como la Clínica 21 del IMSS, sin embargo lejos de seguir echando culpas, como lo hacen en el Gobierno Federal, también dejó claro que hay soluciones cuando hay voluntad y trabajo coordinado.
El planteamiento del alcalde capitalino fue claro, el campo debe ser prioridad, deben impulsarse proyectos productivos, defenderse los recursos naturales y garantizar que las oportunidades lleguen a todos los rincones del estado, acciones que en lo local ha realizando en los cinco seccionales rurales que tiene el municipio de Chihuahua, sobre todo en los años que la sequía se agudizó.